Amparado por los vítreos pestañeos de los faroles, desando a tropezones calles de adoquines, en una ciudad que aún conserva su arquitectura colonial. Mientras subo las escalinatas del hotel de turismo, observo la rígida vigilancia de los cardones. En mi cuarto me recuesto sin desvestirme, pues mis fuerzas son escasas. La imagen de mi padre es una baraja que talla recuerdos de la época de mi juventud, cuando en el solaz del hogar sus palabras motivaban mi intelecto. Una mañana de verano, en que las gotas de rocío se deslizaban entre las uvas de una parra que era su más grande orgullo, dejando un libro a un lado, me miró larga y detenidamente.
- ¿Ocurre algo? – le pregunté mientras me acomodaba en el sillón, a la espera de sus frecuentes reflexiones en voz alta.
Sonrió mientras buscaba ordenar sus ideas:
- Reflexionaba sobre la incapacidad de la naturaleza humana para poder acceder al “conocimiento unitivo” de lo Sobrenatural – dijo como para si mismo.
- ¿Te refieres al “pecado original” que marca a las tradiciones puramente devocionales, y que conlleva la visión de un hombre “marcado” desde el nacimiento?
- Se miró las manos y agregó: “Castrado” espiritualmente y arrojado al mundo diría yo, expulsado del paraíso sin mas posibilidad de acercarse a la divinidad que la Fe, la Razón (limitadamente a pesar de la escolástica de Santo Tomas), y en algunos casos excepcionales la mística (variedad “femenina” de iniciación en la que es por la “Gracia Divina” que lo Sobrenatural se manifiesta al místico, que lo recibirá “pasivamente” y no como fruto de una labor activa de ascenso hacia lo Divino, de “conquista de los Cielos” al modo del “heroísmo espiritual” del esoterismo y que podremos encontrar muy claramente recogido en algunas ramas del Budismo).
- Luego de un suspiro continuó. Es así, el Pecado Original y su “marca” es lo que caracteriza al Hombre tras “la Caída”. “Marca” que nos aleja ya definitivamente de la posibilidad de acercarnos a la unión con Dios, de la posibilidad de “transmutar” nuestra alma y superar nuestra mera humanidad, y nos avocará a la humanidad postrada, pasiva frente a lo Sobrenatural, y a la que solo le queda la Fe, la Oración, y la reglamentación de la vida de acuerdo a un catálogo mas o menos extenso de pecados.
- Pero olvidas padre, que para algunas de las corrientes del cristianismo “esotérico” la llegada de Cristo supuso el fin de “la carga” del Pecado Original y la recuperación para la especie humana de su posibilidad de Superación de lo “simplemente humano”, de “virilización” espiritual, de contacto con la “Chispa Divina” que portamos como núcleo irreductible de nuestro ser, y de su avivamiento hasta el completo incendio de nuestra alma por la llama del Espíritu. En dichos casos de cristianismo esotérico la llegada de Cristo devolvió el equilibro al alma humana tras la caída de Adán, quedando en suspenso el “Pecado original”, y pudiendo ahora volver a intentar el acceso al Espíritu y la unión con Dios. La Magdalena redimida tras su vida de pecado, su unión con Jesús, el Santo Grial y el hijo de “Sangre Real” que esta por llegar para gobernar el mundo, son símbolos de dicho discurso esotérico dentro de la propia tradición cristiana.
- Si hijo, acepto eso, pero esa ideas son muy minoritarias dentro del cristianismo, y éste se afirma en la concepción del Hombre como criatura “tarada espiritualmente” por el Pecado Original sin mas recursos para la salvación que la fe, la oración, y la elusión del pecado.
- ¿Cual es tu punto entonces, padre?
Se levantó y caminó hacia la ventana donde una bandada de gorriones correteaba entre las copas de los vetustos árboles. Luego me miró con el ceño fruncido diciendo.
- No puedo dejar de pensar en esa teoría filosófica de los antitrinitarios que nos quiere inclinar a pensar que el cristianismo, en su forma incipiente, fue influenciado y corrompido por la cultura y filosofía griega predominante en el mundo mediterráneo desde los tiempos de las campañas de Alejandro Magno. Específicamente, la doctrina de la Trinidad y la Deidad de Cristo son rechazadas y denunciadas como antibíblicas y se dice que fueron introducidas al cristianismo por medio de la influencia de la filosofía helenística, particularmente las ideas de Platón y que adopta los términos y conceptos de Heráclito, Filón y otros. Te repito textualmente lo que dije anteriormente, "...si eso fuera cierto, seriamos una humanidad marcada y ese hecho nos aleja de la posibilidad de una unión con Dios y nos muestra como una humanidad postrada, pasiva frente a lo sobrenatural con las únicas herramientas para hacerle frente como son la Fé, la oración, y la reglamentación de la vida de acuerdo a un catálogo mas o menos extenso de pecados."
- Pero, padre, la "teología" trinitaria ha expresado que la trinidad que ellos predican no es la misma trinidad filosófica ni proviene de ella. La principal diferencia que según ellos se encuentra entre estas dos, es que la trinidad de los griegos es abstracta y no hace referencia a personas divinas, como sí lo hace la supuesta trinidad cristiana.
- Si esto es así, entonces ¿por qué los trinitarios tempranos tuvieron que valerse de las mismas ideas de Platón - y de otros filósofos - al igual que de su mismo vocabulario cuando hablaron de la trinidad? ... estos hombres no estaban explicando ninguna fe cristiana a sus lectores paganos, sino que estaban propagando doctrinas de error, mezclando cristianismo con filosofía
Sus palabras, que escondían una velada convicción me sobresaltó.
- Debo reconocer que esa es una visión desalentadora e inquietante, padre.
No me contestó, siguió en la ventana con su vista fija en el paisaje, pero su alma navegaba por el acheron piloteado por las manos temblorosas de caronte.
- ¿Ocurre algo? – le pregunté mientras me acomodaba en el sillón, a la espera de sus frecuentes reflexiones en voz alta.
Sonrió mientras buscaba ordenar sus ideas:
- Reflexionaba sobre la incapacidad de la naturaleza humana para poder acceder al “conocimiento unitivo” de lo Sobrenatural – dijo como para si mismo.
- ¿Te refieres al “pecado original” que marca a las tradiciones puramente devocionales, y que conlleva la visión de un hombre “marcado” desde el nacimiento?
- Se miró las manos y agregó: “Castrado” espiritualmente y arrojado al mundo diría yo, expulsado del paraíso sin mas posibilidad de acercarse a la divinidad que la Fe, la Razón (limitadamente a pesar de la escolástica de Santo Tomas), y en algunos casos excepcionales la mística (variedad “femenina” de iniciación en la que es por la “Gracia Divina” que lo Sobrenatural se manifiesta al místico, que lo recibirá “pasivamente” y no como fruto de una labor activa de ascenso hacia lo Divino, de “conquista de los Cielos” al modo del “heroísmo espiritual” del esoterismo y que podremos encontrar muy claramente recogido en algunas ramas del Budismo).
- Luego de un suspiro continuó. Es así, el Pecado Original y su “marca” es lo que caracteriza al Hombre tras “la Caída”. “Marca” que nos aleja ya definitivamente de la posibilidad de acercarnos a la unión con Dios, de la posibilidad de “transmutar” nuestra alma y superar nuestra mera humanidad, y nos avocará a la humanidad postrada, pasiva frente a lo Sobrenatural, y a la que solo le queda la Fe, la Oración, y la reglamentación de la vida de acuerdo a un catálogo mas o menos extenso de pecados.
- Pero olvidas padre, que para algunas de las corrientes del cristianismo “esotérico” la llegada de Cristo supuso el fin de “la carga” del Pecado Original y la recuperación para la especie humana de su posibilidad de Superación de lo “simplemente humano”, de “virilización” espiritual, de contacto con la “Chispa Divina” que portamos como núcleo irreductible de nuestro ser, y de su avivamiento hasta el completo incendio de nuestra alma por la llama del Espíritu. En dichos casos de cristianismo esotérico la llegada de Cristo devolvió el equilibro al alma humana tras la caída de Adán, quedando en suspenso el “Pecado original”, y pudiendo ahora volver a intentar el acceso al Espíritu y la unión con Dios. La Magdalena redimida tras su vida de pecado, su unión con Jesús, el Santo Grial y el hijo de “Sangre Real” que esta por llegar para gobernar el mundo, son símbolos de dicho discurso esotérico dentro de la propia tradición cristiana.
- Si hijo, acepto eso, pero esa ideas son muy minoritarias dentro del cristianismo, y éste se afirma en la concepción del Hombre como criatura “tarada espiritualmente” por el Pecado Original sin mas recursos para la salvación que la fe, la oración, y la elusión del pecado.
- ¿Cual es tu punto entonces, padre?
Se levantó y caminó hacia la ventana donde una bandada de gorriones correteaba entre las copas de los vetustos árboles. Luego me miró con el ceño fruncido diciendo.
- No puedo dejar de pensar en esa teoría filosófica de los antitrinitarios que nos quiere inclinar a pensar que el cristianismo, en su forma incipiente, fue influenciado y corrompido por la cultura y filosofía griega predominante en el mundo mediterráneo desde los tiempos de las campañas de Alejandro Magno. Específicamente, la doctrina de la Trinidad y la Deidad de Cristo son rechazadas y denunciadas como antibíblicas y se dice que fueron introducidas al cristianismo por medio de la influencia de la filosofía helenística, particularmente las ideas de Platón y que adopta los términos y conceptos de Heráclito, Filón y otros. Te repito textualmente lo que dije anteriormente, "...si eso fuera cierto, seriamos una humanidad marcada y ese hecho nos aleja de la posibilidad de una unión con Dios y nos muestra como una humanidad postrada, pasiva frente a lo sobrenatural con las únicas herramientas para hacerle frente como son la Fé, la oración, y la reglamentación de la vida de acuerdo a un catálogo mas o menos extenso de pecados."
- Pero, padre, la "teología" trinitaria ha expresado que la trinidad que ellos predican no es la misma trinidad filosófica ni proviene de ella. La principal diferencia que según ellos se encuentra entre estas dos, es que la trinidad de los griegos es abstracta y no hace referencia a personas divinas, como sí lo hace la supuesta trinidad cristiana.
- Si esto es así, entonces ¿por qué los trinitarios tempranos tuvieron que valerse de las mismas ideas de Platón - y de otros filósofos - al igual que de su mismo vocabulario cuando hablaron de la trinidad? ... estos hombres no estaban explicando ninguna fe cristiana a sus lectores paganos, sino que estaban propagando doctrinas de error, mezclando cristianismo con filosofía
Sus palabras, que escondían una velada convicción me sobresaltó.
- Debo reconocer que esa es una visión desalentadora e inquietante, padre.
No me contestó, siguió en la ventana con su vista fija en el paisaje, pero su alma navegaba por el acheron piloteado por las manos temblorosas de caronte.